martes, 26 de junio de 2012

“Perspectivas y características de la participación social”

1. ¿Hablamos todos de lo mismo cuando hablamos de participación social?
- La participación como mecanismo de desarrollo de una ciudadanía activa e
inclusiva
- Niveles de participación ciudadana:
. Información
. Consulta
.Toma de decisiones y gestión colegiada
- Participación y Pseudoparticipación

2. Dificultades y déficit de participación en las organizaciones ciudadanas
La participación como mecanismo de desarrollo de una ciudadanía activa e
inclusiva.

Desde mi punto de vista no se trata de cómo decía aquel lema de un antiguo concurso televisivo “lo importante es participar”; sino que lo importante es participar para conseguir unos objetivos. En este sentido entendemos la participación ciudadana como un mecanismo de profundización democrática ya que posibilita el desarrollo de una ciudadanía a la que algunos autores ponen nombres y apellidos y la califican como ciudadanía activa e inclusiva. ¿por qué activa e inclusiva? Podemos decir que el concepto de participación se despliega en dos dimensiones: ser parte de algo y tomar parte en algo. Para el caso de la ciudadanía estas son dos condiciones fundamentales que la posibilitan: esto es la pertenencia y su ejercicio activo. Para poder tomar parte en algo activamente es fundamental pertenecer a ello y por eso hablamos de un modelo de ciudadanía inclusiva que amplíe las posibilidades de participación de las personas. Esto requiere la extensión a otros ciudadanos de los derechos que algunos ya disfrutamos e implica un modelo de participación social en el que no luchamos sólo por la defensa de nuestros intereses más cercanos y particulares ni los de nuestro grupo, sino

Así mismo, hablamos de ciudadanía activa porque esta perspectiva se refiere a un modelo de ciudadanía en el que las personas y sus organizaciones no sólo son parte o pertenecen formalmente a una comunidad sino que intervienen activamente en ella a través de diferentes cauces de entre los cuales, uno importante es el voto pero desde luego no el único.

Aquí es dónde a mi juicio, toma pleno sentido la participación ciudadana. En ese sentido, la participación supone también un ejercicio político ya que los individuos “toman parte”, en tanto que ciudadanos y actores políticos, en cuestiones públicas como portadores de intereses sociales o colectivos de una comunidad de la
que “son parte”. Por tanto ser parte y tomar parte, en la medida en que ambas dimensiones se desarrollen podremos hablar de una ciudadanía activa e inclusiva que, a nuestro entender, es a la vez requisito y fin de la participación.

Desde mi punto de vista este planteamiento recoge el reconocimiento de la condición de actores activos en la esfera pública que nos da la capacidad de influencia sobre la formulación y la decisión de las políticas públicas y no sólo la posibilidad de intervenir colaborando en funciones de asistencia, o como consumidores de actividades o como receptores de servicios.

Vamos ahora a revisar (aunque sea de un modo general ya que nos disponemos de mucho tiempo), el cómo de la participación

- Niveles y tipos de participación
En la actualidad la participaciones un concepto con una carga valorativa muy positiva por lo que es utilizado de modo recurrente como principio inspirador de leyes, reglamentos, estatutos de organizaciones y es hoy un requerimiento metodológico generalizado para el desarrollo de la planificación social y su ejercicio
forma parte de las recomendaciones de multitud de organismos internacionales de diversa índole así como de comités científicos, de expertos, etc.

Como consecuencia de un recurrir abusivo a este concepto, encontramos que bajo el término participación, se hace referencia a realidades, propósitos, estrategias e ideologías muy diversas, incluso opuestas. A menudo se confunde una parte con el todo, esto es, llamar participación a alguno de sus niveles, los más
básicos. Pero precisamente la participación, referida a tomar parte en los asuntos públicos, implica una mayor distribución del poder respecto de ellos (“tomar parte” del poder) y se convierte, como decíamos antes, en un método de profundización democrática.

Así entendida, la participación no se alcanza, ni mucho menos se agota, en la consecución de alguno de sus escalones sino que éstos son los pre-requisitos para que pueda desarrollarse. En función del nivel que se logre, de los objetivos que persiga y del papel que desempeñen los ciudadanos, podemos hablar de participación plena, participación incompleta o incluso de pseudo-participación. Siguiendo el esquema de Tomás Alberich (Alberich,1994: 82) distinguimos tres niveles de participación:

  • Información: es el nivel elemental y a la vez un requisito previo. Sin información es imposible avanzar en un proceso de participación. Pero además es imprescindible tener información comprensible y suficiente porlo que, generalmente, también es necesaria la formación. En este punto es importante destacar el papel que deben desempeñar los profesionales simplificando los tecnicismos excesivos, desmitificando su propio saberponiéndolo a disposición de los ciudadanos y actuando como verdaderos mediadores que facilitan información. No podemos olvidar que cuando un técnico trabaja para promover la participación, como experto que es, debe desarrollar habilidades suficientes para transmitir la información deun modo completo y eficaz. La complejidad de los temas que se aborden no tiene porque estar enfrentada con explicaciones y análisis amplios pero claros y fácilmente comprensibles por todas las personas. En definitiva, a través de los procesos de información-formación los ciudadanos puedenparticipar en mejores condiciones al conocer las diferentes opciones, limitaciones y recursos existentes respecto del asunto que se trate pero no podemos calificar este nivel como participación plena, sino más bien como una condición necesaria pero insuficiente para ella.
Consulta. Es un nivel importante en el desarrollo de la participación y supone un salto significativo sobre el anterior. La consulta es la manifestación más característica de la incorporación del concepto de participación al discurso dominante en la actualidad, y por lo que hemos podido estudiar este modelo es el que está siendo especialmente fomentado desde las administraciones públicas e interiorizado por las organizaciones más grandes y más próximas a ésta. Por lo general, se acompaña de una retórica que fundamenta la participación en una concepción teórica aparentemente más amplia, basada en la profundización democrática y en el nuevo papel de la ciudadanía. En ese sentido, en muchos casos se confunde con la participación plena1. La consulta puede calificarse como un ejemplo de participación “desde arriba”, que parte de la propia iniciativa de la organización que la promueva y que se desarrollará según como esté recogida la reglamentación existente. También puede surgir como una respuesta o una concesión a las reivindicaciones ciudadanas.

La consulta debe suponer una relación de diálogo entre la institución y los ciudadanos, en la que estos dan su opinión, realizan sugerencias y plantean alternativas. Mediante la información y la consulta se abre la posibilidad de un control sobre los poderes públicos o sobre la organización de que se trate pero, en cualquier caso, si estos pasos son puntuales, no se entienden como fases de un proceso más amplio y la consulta no tiene carácter vinculante, la participación no adquirirá todo su significado.

  • Participación en la toma de decisiones y gestión colegiada. Este es elnivel superior de la participación pues tiende hacia formas de autogestióny cogestión ciudadanas. Supera la “participación por invitación” pues supone la toma de decisiones compartida por los miembros de una colectividad y su implicación en la acción. Así mismo, requiere ciertos cambios organizativos como la adecuación y la descentralización de estructuras.
A pesar de que este nivel es más difícil de alcanzar que los anteriores (que incluye y necesita), existen diversas experiencias en todo el mundo que demuestran sus posibilidades y eficacia, tanto en determinadas áreas de una administración (gestión ciudadana de equipamientos, organización de actividades, etc.) como en dimensiones más integrales (Sistemas de Concejo Abierto, Presupuesto Participativo, proyectos de desarrollo local mediante Investigación-acción Participativa)2.

Como vemos, bajo el discurso de la participación subyacen referentes muy diversos que denotan a su vez concepciones distintas de lo que es participar y que, por tanto, es fundamental explicitar y poner encima de la mesa a la hora de realizar propuestas, de diseñar proyectos conjuntos o incluso a la hora de analizar la
participación que se da internamente en las propias organizaciones o la que se desarrolla en el conjunto de la ciudad.

Podemos diferenciar dos concepciones y dos tipos de prácticas que son divergentes y que denominamos participativas y pseudo-participativas- en función del desarrollo de una serie de características que funcionarían como indicadores cualitativos de la participación.

El siguiente cuadro recoge las dimensiones y las características diferenciales de las que hablamos. Desde este planteamiento, participación y pseudoparticipación serían expresiones opuestas de un concepto que nos permitirían identificar los modos de actuar de las organizaciones respecto de este tema

REFERENTE PARTICIPATIVO

PSEUDO-PARTICIPACIÓN
De “arriba hacia abajo”
Como concesión
Despolitizada
Como fin en sí misma (“lo importante es participar”)
En el marco de la administración
Puntual
Centralizada
Informativa o consultiva
No vinculante
Limitada aspectos o temas “menores”
Hegemonía de los directivos, técnicos o políticos
Todos los miembros de la organización incluyendo a voluntarios y afectados son protagonistas.
Sucesión de individualidades
Como estrategia de marketing o “espectáculo”
Mediante consumo de actividades puntuales

PARTICIPACIÓN
De “abajo hacia arriba”
Como derecho
Politizada
Como fin y como medio (“es importante participar para lograr algo”)
En la administración y en los espacios comunitarios
Procesua
Descentralizada
Ejecutiva (toma de decisiones, planificación, ejecución y evaluación de los procesos o proyectos)
Vinculante
En todas las áreas de la organización
Técnicos, directivos o políticos como mediadores y facilitadores.
Acción colectiva
Adecuando las estructuras de la organización
Efectiva y en el “día a día” de la entidad
FUENTE: Basado en el de López de Aguileta (1990) añadiendo y modificando algunas dimensiones.

Así, la Participación se plantea como un proceso, no como algo puntual o coyuntural. Las relaciones de los miembros de las organizaciones y éstas respecto de su entorno social, no se limitan a la mera recepción de información o a ser consultados sino que toman parte de un modo vinculante y responsable en todas las
fases del proceso de que se trate: desde la definición y evaluación de necesidades, la toma de decisiones, el diseño y desarrollo de proyectos, hasta la evaluación de los mismos. Además, lo hacen por su propia voluntad, como un ejercicio de sus derechos ciudadanos sobre todos los aspectos que les incumben y no como una concesión de su organización, de la administración o de los políticos, para temas menores o secundarios.

Desde el referente participativo los voluntarios, los afectados y sus organizaciones son co-protagonistas de los procesos en los que participan y se valen de los conocimientos y directrices de los técnicos, los expertos y los políticos, que ejercerán un importante papel como impulsores, coordinadores, mediadores y facilitadores.

El propio proceso de tomar parte así entendido, generará ya una serie de beneficios, pero no es un fin en sí mismo: lo importante es participar para conseguir unos objetivos.Estas son algunos tipos teóricos sobre el cómo pero no voy a profundizar más ya que el resto de ponentes se centraran en experiencias concretas de cómo se puede desarrollar la participación.

Bien, he expuesto algunos planteamientos sobre del para que, o el cómo de la participación, Nos quedaría también plantear el qué hacer, cuestión fundamental y que abordaremos mañana entre todos en los grupos de trabajo. Espero que este esquema que les he planteado, sobre el que sin duda habrá mucho que debatir, pueda ayudar para desarrollar la participación o hacer autodiagnósticos sobre esta en sus propias organizaciones o también sobre las relaciones que mantienen con la administración o con otras entidades. En todo caso quizás pueda al menos servir como un punto de arranque, como digo, para debatir y hacer propuestas. Muchas gracias por su atención.

DIFICULTADES Y DEFICITS DE PARTICIPACIÓN EN LAS ORGANIZACIONES CIUDADANAS
Déficit de participación en las organizaciones
Síntomas
- Baja implicación activa y real de socios, bases y
voluntarios
- Toma de decisiones centralizada.
- Asambleas más simbólicas que decisorias
- Dificultades de renovación en los cargos.
- Afectados y comunidad como objetos externos
receptores de servicios; no como parte de la
organización.
- Voluntariado como apéndice de la organización.

Posibles causas
- La gestión de servicios genera cambios
organizativos profundos que dificultan la
participación:
. Marcada división de roles
. Jerarquización
. Tecnocracia y gestionismo
. Falta de tiempo para el desarrollo de la
función cívico-asociativa y para
reflexión.
- Disolución de lo colectivo a favor de lo individual
- Relación instrumental/utilitarista con el
voluntariado (y viceversa).
- Voluntariado como acción individual.
- Organizaciones creadas sin base social.

Déficit de participación de las organizaciones
Síntomas
- Falta de de arraigo comunitario e implicación en la vida cotidiana de su entorno.
- Desconexión con los afectados y comunidad (excepto como receptores de servicios).
- Relación con la comunidad individualizada: intervención con individuos de un barrio o con categorías concretas mediante proyectos a corto plazo.
- Relación de competencia con otras redes y recursos sociales para subsistir como organización.
- Déficit de coordinación y de trabajo en red (que se asimila a la federación)
- Escasa participación en los Consejos y en la toma de decisiones mediante cauces estables con la
administración.
-Percepción de ser utilizados para “abaratar costes” y no por otros valores añadidos.
- Descontento con el bajo desarrollo de su función expresiva, crítica y de creación de ciudadanía.

Posibles causas
- Modelo de gestión de servicios basado en: . Organización del trabajo en función de áreas o grupos de actuación “subvencionables”
. Debilitamiento de la perspectiva de intervención comunitaria
. Falta de tiempo, formación y recursos para la dinamización del tejido social.
- Inoperancia del Programa de Cooperación Social de Servicios Sociales Comunitarios como articulador del
tejido social.
- Excesiva dependencia de la administración y relación centrada en subvenciones a programas
- Multiplicidad de redes de atención muy variables y segmentadas. Falta de control y coordinación de la
admón.
- Descrédito de los órganos de participación: funcionamiento escaso, puntual y no vinculante.
- Escaso margen real de las organizaciones para tomar parte en la definición de necesidades y diseño política
social.
-Falta de voluntad política e implicación real de la administración con la participación ciudadana (modelo “escaparate” o de grandes acontecimientos; no en lo cotidiano y con proyectos integrales participativos).

1 comentario:

  1. Este documento aparece y está siendo utilizado sin citar al autor y sin permiso por lo que es un plagio.

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